El 8 de marzo se conmemora el día Internacional de la Mujer pero esta efeméride tiene como origen un trágico accidente industrial ocurrido en 1908 en el que fallecieron 129 trabajadoras de la fábrica Cotton Textil Factory de Nueva York. Estas mujeres se encontraban encerradas en los sótanos de la planta para denunciar las miserables condiciones de trabajo y sus bajos salarios.
En aquella época las jornadas sobrepasaban las 12 horas y los salarios que percibían las mujeres, eran entre un 60 y 70% inferiores al salario de sus compañeros, además, la inmensa mayoría de las plantillas de las fábricas textiles estaban compuestas por mujeres.
Tal situación llevó a más de 40.000 trabajadoras de Nueva York a secundar la huelga exigiendo mejores y más dignas condiciones de trabajo y salariales.
Tuvieron que transcurrir 99 años tras el trágico accidente, para que la Estrategia Comunitaria de Salud y Seguridad en el Trabajo (2007-2012) partiera de la idea de que las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral “pueden afectar a la salud y la seguridad de las mujeres en el trabajo e influir en su productividad”.
Este fue el momento en el que en el ámbito de la Unión Europea se introduce el concepto de prevención de riesgos con perspectiva de género, hasta entonces, todas las medidas preventivas que se centraban en la mujer, tan sólo se contemplaban aspectos relativos a su salud reproductiva y la maternidad.
De esta forma y a partir de la Estrategia Comunitaria que ya hemos enunciado, se puso el foco en los riesgos específicos en materia laboral que tienen mayor incidencia sobre las mujeres. Nos estamos refiriendo al acoso laboral por razón de sexo o acoso sexual en el trabajo, dobles jornadas (jornada laboral y cuidados de familiares, etc.), riesgos específicos de actividades feminizadas: textil y confección, servicios, enseñanza, hostelería y comercio, sanidad, agroalimentación, entre otras.
Tampoco podemos olvidar, aunque estén menos tasados, los riesgos derivados de factores de discriminación: salarios más bajos, menor participación en la toma de decisiones o relevancia en las organizaciones, precariedad laboral de los sectores donde mayoritariamente realizan su prestación laboral y un largo catálogo de riesgos psicosociales asociados a la discriminación laboral de las mujeres.
En UGT cuidamos todos los aspectos de la prevención de riesgos laborales incluida la prevención con perspectiva de género, en los ámbitos donde desempeñamos nuestra actividad, pero más aún si cabe, en la negociación de los Planes de Igualdad y en los distintos Comités de Prevención de Riesgos Laborales en los que participamos.
Somos participes, como organización integrada por mujeres y hombres, de la lucha contra la desigualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos incluido el de la prevención de riesgos laborales.