Afirman que una imagen vale más que mil palabras (aunque quizás ChatGPT sea capaz de cambiar este paradigma). Pero seguro que un buen puñado de datos da para muchas más palabras, y desde luego, para muchas más conclusiones.
Las estadísticas de gastos de los hogares, tanto las que proporciona el INE como las que publica la CNMC nos muestran una tendencia de los precios más que anticíclica: resulta antirracional. Veamos a qué nos referimos: el gasto medio de los hogares españoles en telecomunicaciones en 2008 se cifraba en 967,94 euros. En 2023, esta cifra descendió hasta los 896,08 euros/año.
Se trata de un descenso interanual del -3%, pero si ampliamos la mirada hasta dicho 2008, hablamos de un descenso del -7,6%. Es decir, en tres lustros, los precios han caído más de siete puntos…cuando ¡el IPC aumentó, en el mismo periodo, un +33%! Es decir, un diferencial de más de un 40% entre lo que subió la vida y lo que bajaron los precios de las telecos. En la siguiente gráfica podemos observar la trayectoria desde 2006:
Gasto medio por hogar, INE 2006-2023
De hecho, si se hace una simple regla de tres, al aumentar al gasto de 2008 el IPC acumulado, la cifra resultante sería de 1286 euros, en vez de los 896€ que se registran ahora. Acumulando tal diferencial entre todos los hogares estaríamos ante una ingente cantidad de ingresos que, en caso de haber fluido convenientemente, sin duda habrían contribuido a aminorar la brutal crisis de empleo que vive nuestro sector.
La otra fuente que hemos mencionado, la CNMC confirma esta situación, pero bajo una parametrización diferente. Veamos la siguiente gráfica:
Gastos medios por hogar en los paquetes y servicios de telecomunicaciones más contratados (euros al mes)
Un servicio de telecomunicaciones empaquetado con telefonía fija y móvil, banda ancha fija y móvil y acceso fijo cuesta hoy 9 euros menos que en 2017 (casi un 21% menos, cuando el IPC aumentó un 19,5%, lo que representa un diferencial de un 40%). En cuanto a los paquetes de cinco servicios, el precio se mantiene prácticamente igual en los últimos seis años, a pesar de que el IPC ha aumentado más de veinte por cien.
En definitiva, estamos ante un proceso que va en contra de cualquier lógica económica, empresarial o de negocio. Mientras, los despidos colectivos asolan nuestros empleos ante la tensión presupuestaria que supone una dinámica tan pernicioso como irracional.