La operadora Comcast, parte del conglomerado mediático más grande del mundo[1], ha recibido la multa más alta interpuesta en EEUU a un operadora de cable: 2,3 millones de dólares.
La sanción, aplicada por el regulador FCC[2] –análogo a la CNMC española- ha sido como consecuencia de cobrar a sus clientes por servicios o equipos que no habían sido solicitados. En concreto, la operadora aplicaba a sus 22 millones de clientes una política «opción de facturación negativa», basada en cobrar servicios adicionales sin haber pedido permiso de forma explícita[3].
Comcast decidió añadir unilateralmente servicios de canales de pago o de grabación de video, sin informar previamente a sus clientes. La operadora entendía que si un cliente no cancelaba este servicio no solicitado al poco tiempo del alta, podía facturárselo sin impedimento, incluso aunque nunca fuese informado de tal inclusión.
Obviamente, el regulador ha reprochado a Comcast esta forma de proceder y multado a la misma por prácticas ilegales, además de obligar a la operadora a desarrollar un «programa detallado para la reparación de cargos en disputa de una manera estandarizada y conveniente».
Por su parte, Comcast reconoció en un comunicado que «en el pasado, nuestro servicio al cliente debería haber sido mejor y nuestras facturas más claras, y los clientes en ocasiones han sido frustrados o confundidos de manera innecesaria[4]«.
La sanción pone fin a la investigación abierta hace dos años por la FCC ante las quejas presentadas por más de 1.000 clientes de Comcast entre 2014 y 2015.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Comcast
[2] https://www.fcc.gov/document/comcast-pay-23m-fine-resolve-billing-complaints
[3] http://www.theverge.com/2016/10/11/13243020/comcast-fined-for-billing-products-customers-didnt-order
[4] http://corporate.comcast.com/news-information/news-feed/comcast-statement-on-fcc-consent-decree