Cualquier persona que trabaje en nuestro Sector se ha hecho alguna vez esta pregunta. Pero la respuesta debería ir más allá del consabido mantra sobre la extensión y alcance de nuestras redes de fibra1http://blog.orange.es/adsl-fibra/espana-pais-mas-fibra-ftth-la-ue/ http://www.expansion.com/empresas/tecnologia/2018/08/05/5b670e6ce5fdea701c8b459f.html https://www.economiadigital.es/tecnologia-y-tendencias/espana-lidera-la-implantacion-de-la-fibra-optica-en-europa_591965_102.html. Y para ello que mejor que el indicador digital europeo (DESI2https://ec.europa.eu/digital-single-market/en/desi), una fuente ampliamente aceptada y que publica para un capítulo especial3https://ec.europa.eu/digital-single-market/en/desi-report-telecoms-chapters a las infraestructuras de telecomunicaciones.
Como se puede observar de un rápido vistazo, de los 9 indicadores dados, en ninguno se alcanza la cuarta posición teórica de España dentro de la Unión Europea por PIB; de hecho, el que más acerca es, precisamente, el referido a la cobertura de redes ultrarrápidas (al menos 100 Mbps de velocidad), en una séptima posición de los 28 países que componen la Unión Europea.
Así, se confirma que el 80% de los hogares españoles tiene acceso a redes de fibra, aunque es necesario precisar las diferencias entre el hábitat rural y el urbano: sólo el 30% de los hogares rurales tiene acceso a redes FTTH, aunque este porcentaje está por encima de la media europea, tanto rural como total (14% y 20%, respectivamente).
Como consecuencia de la capilaridad de estas redes de fibra, España logra un más que digno octavo puesto en “preparación” para el 5G: una cobertura tan extensa de fibra permitirá conectar de forma óptima las futuras estaciones base de 5G, un parte fundamental su proceso de expansión.
El siguiente apartado en donde España mantiene el tipo es el referido a la adopción de redes ultrarrápidas o, dicho de otra forma, de hogares que contratan este tipo de redes: un 30%, que nos sitúa en el noveno puesto y diez puntos por encima de la media europea.
A partir de aquí, el resultado de nuestras redes de telecomunicaciones decae estrepitosamente, llamado especialmente dos clasificaciones, por sus datos negativos: la cobertura de 4G y la cobertura de banda ancha fija básica (la habitualmente ligada a la tecnología ADSL). En el primer caso, y a pesar de presentar un 94% de cobertura nacional, nos situamos en un decepcionante vigésimo primer puesto; en el caso de la banda ancha fija, estamos en el puesto 18º, un punto por debajo de la media europea.
El resto de ítems analizado nos deja en puestos más que mediocres, todos ellos por encima de la décima posición.
Por tanto, y dicho de forma algo generalista, la respuesta a la pregunta que preside este informe podría ser: modestas, con grandes altibajos y que necesitan mejorar ostensiblemente si queremos que sean realmente competitivas.
UGT Comunicaciones