- Los consumidores europeos valoran la banda ancha más que el sexo (estudio de Liberty Global y AT Kearny 1https://www.libertyglobal.com/new-study-reveals-what-consumers-most-value-about-broadband/; https://www.digitaltveurope.com/2019/02/20/liberty-global-report-european-consumers-value-broadband-more-than-sex/).
- Los jóvenes de entre 18 y 29 años solo renunciarían a la banda ancha durante un año a cambio de 32.500 euros (Ídem que al anterior)
- El 61% de los españoles ve el móvil como una necesidad, y el 32% como «su vida» (ensayo de Oliver Wyman2https://www.europapress.es/economia/noticia-61-espanoles-ve-movil-necesidad-32-vida-oliver-wyman-20190225150013.html)
- La mitad de los españoles no podrían “vivir” sin internet en el móvil (Estudio General de Medios, AIMC3https://elpais.com/tecnologia/2019/03/06/actualidad/1551884176_993577.html)
- Un tercio de los españoles (el 31%) no imaginan poder seguir con su vida cotidiana sin Internet, ni podrían realizar igual su trabajo (Cisco4https://emear.thecisconetwork.com/site/content/lang/es/id/10279)
- Hay más propietarios de teléfonos móviles que propietarios de cepillos de dientes5https://www.linkedin.com/pulse/really-more-mobile-phone-owners-than-toothbrush-jamie-turner/.
- El 98% de los jóvenes españoles entre 14 y 24 años utiliza únicamente servicios de mensajería instantánea, reduciendo así hasta el 12% el uso del fijo y del 24% para las llamadas móviles (Fundación Telefónica6https://www.abc.es/tecnologia/redes/abci-llega-generacion-mute-ninos-solo-comunican-whatsapp-201904021448_noticia.html).
- En España, el 21% de los jóvenes entre 10 y 25 años sufre trastornos del comportamiento por culpa de la tecnología (Ministerio de Sociedad7https://elpais.com/sociedad/2019/03/23/actualid).
- El 85,6% de los niños con 10 a 15 años de edad se han conectado a Internet en los últimos tres meses (Datos extraídos del INE, correspondientes al año 2018).
- Los consumidores pasarán 800 horas utilizando internet móvil este año en todo el mundo, Media Consumption Forecasts8https://www.zenithmedia.com/product/media-consumption-forecasts-2018/, Zenith.
En muy corto espacio de tiempo, apenas unas semanas, los medios se han hecho eco de todos estos estudios y ensayos que, a base de llamativos titulares, han llenado ingentes espacios informativos.
Mucha gente se preguntará que hay de cierto en ello. Y es una pregunta que no carece de interés, porque seamos críticos: ¿de verdad importa más la conexión a Internet que tener sexo o disfrutad de una buena salud?
La respuesta, reflejo de nuestra diversidad social y generacional, no puede ser igual para todos, ni siquiera igual para todos los estratos económicos y sociodemográficos.
Efectivamente, cuando se baja de los titulares impactantes al contenido de los hechos contemplados en estos estudios, existe una clarísima vinculación entre posición económica, estudios y edad, y el factor conectividad. La proporcionalidad es directa cuando hablamos de renta y estudios: a mayor salario y cualificación, mayor es el tiempo y la necesidad de conectividad. En términos de edad, la proporcionalidad se invierte: a menor edad se incrementa la dependencia de móvil.
Y es en esta última relación la que debería ponernos en guardia. Que un joven afirme que su móvil y su conexión a Internet es un elemento vital prioritario, despreciando factores saludables o sexuales, debería hacernos reflexionar inmediatamente.
Que, además, esa conectividad sustituya casi de forma permanente al contacto humano, e incluso a la comunicación vocal, sustituyendo los canales naturales por por la fría mensajería instantánea o por redes sociales, también debería hacernos pensar.
Porque la tecnología digital, que indudablemente ha traído progresos otrora imaginables a la humanidad, también presenta un envés plagado de riesgos y amenazas. Más allá de las lógicas diferencias de costumbres y objetivos entre generaciones, que siempre han existido, estamos ante un momento que pocas veces se repite: un cambio radical y permanente en la forma de plantear las relaciones y las prioridades vitales de las personas.
Sí, las nuevas generaciones crean su cosmovisión con el móvil en el centro, lo que genera nuevas necesidades. Y aunque parezca algo exagerado, en una primera aproximación, todo gravita alrededor de ese elemento digital, por encima de otras cuestiones, a priori mucho más importantes. Ello no significa que vaya a ser así siempre; por ahora, sólo es el resultado de una nueva forma de entender y aprender. En unos pocos años comprobaremos hasta donde llega este cambio de prioridades.
Como cualquier aspecto de nuestras vidas, el hábito se convierte en problema cuando se exagera y se llega al límite. Cuando el uso transita hacia la obsesión, hacia la enfermedad, hacia la dependencia absoluta. Y eso no es nada nuevo; por eso, deberíamos preguntarnos por qué muchos expertos en digitalización han decidido racionar y controlar el uso que hacen sus hijos de las pantallas9https://elpais.com/sociedad/2019/03/20/actualidad/1553105010_527764.html.