Llegó 2020, cifra emblemática y de usual utilización como fecha límite para diversos proyectos, entre otros, para la Agenda Digital para Europa1http://www.europarl.europa.eu/factsheets/es/sheet/64/una-agenda-digital-para-europa y su versión para España2https://avancedigital.gob.es/planes-TIC/agenda-digital/Paginas/agenda-digital-para-Espana.aspx.
Aunque convenientemente arrinconadas por los organismos que las impulsaron, ambas agendas nacieron con la intención de alcanzar determinadas coberturas de telecomunicaciones o planes cuantificados de inclusión digital. Las dos eran claros compromisos políticos que estipulaban objetivos de obligado cumplimiento para Europa y España3Aprobada a inicios de 2013 por el Consejo de Ministros y publicitada como un “marco de referencia para establecer una hoja de ruta en materia de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) […] favorecer la creación de oportunidades de empleo y el crecimiento económico mediante una adopción inteligente de las tecnologías digitales, contribuyendo de esta forma al esfuerzo colectivo de impulsar la recuperación económica del país”. Sin embargo, ahora parecen olvidadas y se actúa como si nunca existiesen, muy posiblemente porque van a acabar en fracaso4http://ugtcomunicaciones.es/wordpress/europa-ni-tampoco-espana-alcanzaran-los-objetivos-de-la-agenda-digital-2020/.
Por ejemplo, la Agenda Digital para España de 2013, se basaba en los siguientes ejes:
- Fomentar el despliegue de redes y servicios para garantizar la conectividad digital.
- Desarrollar la economía digital para el crecimiento, la competitividad y la internacionalización de la empresa española.
- Mejorar la administración electrónica y los servicios públicos digitales.
- Reforzar la confianza en el ámbito digital.
- Impulsar la I+D+i en las industrias de futuro.
- Promover la inclusión y alfabetización digital y la formación de nuevos profesionales TIC.
De la simple redacción de sus enunciados, ya se vaticinaba un escaso grado de cumplimiento. Pero los hechos son más elocuentes que las impresiones: de los once planes específicos previstos para desarrollar sus seis ejes, su mayoría se ha quedado en agua de borrajas. Incluso en la información oficial del Ministerio, solo 2 de los 11 planes tiene un desarrollo normativo real5https://avancedigital.gob.es/planes-TIC/agenda-digital/Paginas/planes-especificos.aspx. Es tal el abandono de esta Agenda, recordemos, un compromiso político con las TIC y la digitalización, que la mayoría de los desarrollos previstos no van más allá de 2015. Tan sintomático como decepcionante.
Si entramos al detalle de algún aspecto, como el dedicado a la inclusión digital y empleabilidad, y más concretamente, a la formación para el empleo digital (Plan de inclusión digital y empleabilidad, Eje IV: Empleabilidad; medida 11: Formación para el empleo), nuestro análisis desvela una inadmisible falta de financiación, la ausencia de proyectos con vocación de continuidad, el ínfimo impacto de las medidas acordadas, y como corolario, la falta de flexibilidad y agilidad para adaptarse a las necesidades del mercado de trabajo.
Los datos son concluyentes: los 27 millones euros de presupuesto para el ejercicio 2013-2014 se fueron estirando, año a año, sin incrementos parciales hasta mediados de 2017, para acabar presentando unos paupérrimos resultados: 325 personas formadas en 3 proyectos, que crearon un total de 127 empleos en cuatro años (no se informa de la naturaleza contractual de estos empleos, sin eran indefinidos, temporales o becarios, o incluso si aún sigue siendo empleos activos).
A la Agenda Digital para Europa no le ha ido mejor. Los dos indicadores comprometidos para este 2020 (cobertura de banda ancha de 30 Mbps o superior para el 100% de los ciudadanos europeos y que un 50% de los hogares europeos deberán contar con abonos por encima de los 100 Mbps), sólo el segundo se cumplirá en nuestro país, y no precisamente gracias al esfuerzo de los gobiernos de 2013 a la actualidad, sino al de las operadoras que han invertido en nuevas infraestructuras. De hecho, según los datos proporcionados por la CNMC para el segundo trimestre de 2019, el 69% de las líneas contratadas en España supera los 100 Mbps de velocidad.
Cuestión muy distinta es el primer indicador: estamos muy lejos del 100% de cobertura de 30 Mbps, a un lejano y casi imposible 15% de alcanzarlo6https://avancedigital.gob.es/banda-ancha/cobertura/Paginas/informacion-cobertura.aspx:
El Gobierno fía el cumplimiento de este compromiso europeo a dos factores: a las obligaciones de cobertura que tienen fijadas los operadores que ganaron la subasta del 4G en 20117https://elpais.com/economia/2018/11/12/actualidad/1542044000_852053.html y al Plan PEBA-NGN. Sin embargo, el primero de los compromisos solo se ciñe al 98% de la población8http://www.mineco.gob.es/portal/site/mineco/menuitem.ac30f9268750bd56a0b0240e026041a0/?vgnextoid=87173cda5ea2a610VgnVCM1000001d04140aRCRD&vgnextchannel=67f3a570b4ee3610VgnVCM1000001d04140aRCRD y el segundo, difícilmente podrá llegar a tiempo cuando todavía se encuentra en plazo de tramitación9https://avancedigital.gob.es/es-es/Participacion/Paginas/Cerradas/PEBA-NGA-2019-2021.aspx, por mucho apoyo que se le dé desde Europa10https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/es/ip_19_6719.
En definitiva, parece que 2020 no nos traerá el cumplimiento de las publicitadas Agendas Digitales, una nueva decepción que sumar a todas las que los Gobiernos nacionales y europeos han dedicado a nuestro Sector.