La crisis del Coronavirus ha visibilizado que el trabajo de los cuidados tiene un valor económico y social importantísimo, que no está reconocido, y que debería estarlo. Se hace evidente la importancia de los cuidados, que en muchas ocasiones pasan desapercibidos.
Son tareas de las que aún hoy, se encargan mayoritariamente mujeres. Según datos de nuestro sector, entorno al 80% de las mujeres tienen reducción de jornada por cuidado de un menor o familiar a cargo, y és en estos momentos que se encuentran con una complejidad añadida, la alerta sanitaria y el teletrabajo.
“Conciliar: Conformar, hacer acordes o compatibles dos o más elementos que son o parecen contrarios.”
Evidentemente, la edad de los hijos marca el grado de dificultad de la conciliación y, sobre todo, la tolerancia al estrés del confinamiento. En la medida de lo posible, hay que intentar hacer partícipes de la situación a los más pequeños de la casa.
Lo más recomendable es organizar las horas del día distribuyéndolas en tareas a realizar en familia. Mientras un miembro de la familia realiza teletrabajo, el resto pueden aprovechar el momento para la formación a distancia o la actividad física.
Aprovechemos estos momentos de quedarnos en casa, para dar rienda suelta a la creatividad y a la imaginación con tareas como el dibujo y la lectura entre los más pequeños o la teleformación, tiempo de ocio de los adultos.
Es momento de conciliar también en las tareas domesticas, en la educación de nuestros hijos e hijas y en el cuidado de nuestros mayores. También es el momento de sacar lo mejor de nosotros participando en acciones de voluntariado solidario.
“Tengo que conciliar mi trabajo con lo que pasa en mi casa y con las inquietudes que tiene mi familia”
Cita: Jose Maria Alvarez Pallete.
Por otro lado, el teletrabajo ha sido desde hace tiempo una de las medidas más demandadas para poder conciliar el ámbito laboral y personal. Según el INE los teletrabajadores aumentan su productividad entre un 5% y un 25% respecto a los presenciales en circunstancias normales, en las que no tienes ningún familiar a cargo.
El tándem entre conciliación y productividad se ha convertido en otro gran desafío de estos días. Sin embargo, en una situación como la actual, en la que el teletrabajo debe convivir con el cuidado de nuestros hijos debido al cierre de escuelas y otros centros formativos, la conciliación se ha convertido en una difícil tarea. Los hijos reclaman atención y es muy difícil estar en las condiciones de concentración adecuadas para trabajar, es por ello que las empresas deben ser conscientes de que la productividad no será la misma y que no se pueden exigir los mismos resultados a los trabajadores.
Resumiendo, en circunstancias normales el teletrabajo nos ofrece la posibilidad de mejorar la conciliación entre la vida familiar y profesional, se eliminan los tiempos en desplazamiento, por lo que podemos ajustarnos mejor el horario e incluso flexibilizarlo. Esto provoca que los trabajadores y trabajadoras estén más motivados, lo cual redunda en mayor productividad.
Veremos si esta situación en la que nos encontramos, en unos años, hará cambiar la mentalidad de muchas empresas e incrementará notablemente la posibilidad del teletrabajo en sus empleados.
O solo fue una «pequeña solución» para momentos de pánico.