- El último eurobarómetro de Eurostat constata un nuevo retroceso en las capacidades digitales de personas trabajadoras y ciudadanía, colocándonos en el furgón de cola de Europa.
- El 19% de nuestra fuerza laboral se considera incapacitada para hacer uso de tecnologías digitales en su puesto de trabajo.
- Somos uno de los pocos países que retrocede en este aspecto desde 2017, los que nos sitúa a cuatro puntos de la media europea (15%), cuando hace tres años estábamos en la media.
- Las largas jornadas laborales y la falta de sensibilización explican, en gran medida, este empeoramiento: un 34% de las personas trabajadoras no se forman por falta de tiempo, y un 23% porque no lo considera necesario.
- Estas cifras son coherentes con la realidad de nuestro mercado de trabajo y de nuestra sociedad: el 40% de los parados no tiene ninguna competencia informática y más de la mitad de la población española solo acredita competencias digitales básicas (54%).
- A pesar de que estas cifras no hacen más que empeorar, ni empresas ni AAPP hacen nada para remediarlo: sólo un 22% de las compañías españolas forman en TIC a sus empleados y solo un 7% de la ciudadanía española ha realizado formación en informática en el último año.
Eurostat1https://ec.europa.eu/commfrontoffice/publicopinion/index.cfm/survey/getsurveydetail/instruments/special/surveyky/2228 vuelve a sacarnos los colores por la falta de planes formativos que palien la Brecha Digital laboral que sufre nuestro mercado de trabajo. Así, el último eurobarómetro dedicado a las “Actitudes hacia el impacto de la digitalización en la vida diaria” vuelve a constatar cómo esta Brecha Digital, lejos de cerrarse, se amplía año tras año.
El 19% de nuestra fuerza laboral afirma sentirse incapacitada para hacer uso de tecnologías digitales en su puesto de trabajo. Se trata de una de las cifras más altas de toda la Unión, lo que nos sitúa como una de las economías menos preparadas para afrontar la transformación digital. De hecho, la media europea está en el 15% y países como Alemania, Reino Unido o Países Bajos ostentan un porcentaje que es la mitad de España. Como consecuencia, España es el séptimo estado de la Unión Europea con mayor porcentaje de ciudadanía que se considera incapacitada, digitalmente hablando, para realizar su trabajo; el significado de esta realidad es muy peligrosa: en términos de competitividad, veintiún Estados europeos nos superan en capacitación tecnológica.
A pesar de todo, lo peor no es el altísimo porcentaje de personas con dificultades para desenvolverse con herramientas digitales, sino que su número tiende a aumentar con el paso de los años: desde 2017, han aumentado en 2 puntos porcentuales, mientras que la media europea ha descendido en otros dos puntos.
Detrás de este empeoramiento hay una organización laboral ineficiente y obsoleta (las largas jornadas laborales hacen que un 34% de las personas trabajadoras no se formen por falta de tiempo) y la falta de sensibilización del empresariado español, que no es capaz de dar el salto hacia la transformación digital, lo que lleva a un 23% de los encuestados a declarar que “no considera necesario” formarse en nuevas tecnologías.
Aunque estamos ante un hecho gravísimo, no debería extrañarnos ni las cifras ni el retroceso. En los últimos años no se han conformado ni planes formativos masivos ni se han tomado medidas de calado para remediar esta situación, y cada año que pasa es un año perdido.
Así, todavía en el presente, un 40% de los parados no tiene ninguna competencia informática y más de la mitad de la población española solo acredita competencias digitales básicas (54%)2https://www.ugt.es/hace-falta-impulsar-un-plan-nacional-de-inclusion-tecnologica-cuyo-eje-sea-la-formacion.
Lo lógico ante esta dramática situación seria reaccionar, pero precisamente estamos haciendo lo contrario: en 2019, sólo un 22% de las compañías españolas formaron en nuevas tecnologías a sus empleados3https://www.ugt.es/el-bajo-nivel-de-digitalizacion-de-nuestras-empresas-esta-lastrando-el-crecimiento-economico y solo un 7% de la ciudadanía española ha realizado algún tipo de formación relacionada con la informática en el último año.
UGT reitera la necesidad de celebrar un gran Pacto de Estado para impulsar un Plan Nacional de Inclusión Tecnológica, que coloque la formación y recualificación digital como eje central para acabar el retraso tecnológico que sufre nuestra fuerza laboral.
España tiene que reaccionar de inmediato y comenzar a tomar medidas vanguardias y acordes con el desafío que tenemos enfrente. Por ello, el Sindicato sigue apostando por una reserva de horas semanales para la formación profesional, que permita a las personas trabajadores adaptarse a esta nueva realidad digital y que permite a nuestra economía mantenerse competitiva y fuerte.