Con motivo del Día Internacional contra la LGTBIfobia, que se celebró ayer 17 de mayo, UGT insta al Gobierno de España a que apruebe, en esta legislatura, una Ley de Igualdad para las personas LGTBI y en contra de la LGTBIfobia, que contemple medidas para erradicar la violencia en todos los ámbitos, especialmente, en el social y en el laboral, y reconozca los derechos de las personas LGTBI, así como un impulso a la igualdad de trato y oportunidades y proteger a lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales de la violencia y de las agresiones físicas que sufren diariamente.
Estrategia contra los delitos y el discurso de odio.
Erradicar la violencia que sufren las personas LGTBI, atender a las víctimas y conseguir que denuncien, también en el ámbito del empleo, es una tarea urgente. Según los datos oficiales, las personas LGTBI no denuncian las agresiones que sufren en diferentes ámbitos, tampoco en el trabajo. La Agencia Europea de Derechos Fundamentales cifra en un 10% los incidentes y delitos de odio que se denuncian, por lo que la cifra total sería muy superior.
En este sentido, UGT reclama un Plan Nacional contra la Violencia y el Odio que sufren las personas LGTBI en todos los ámbitos, como el social, educativo, sanitario o laboral, y formación a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a los operadores jurídicos para la atención a las víctimas de la violencia homofóbica, bifóbica y transfóbica.
De la ocultación al despido.
Como se muestra en el informe “Hacia entornos laborales inclusivos. La diversidad sexual, familiar y de género en el trabajo. Propuesta sindical”, realizado por el área confederal UGT LGTBI, muchos trabajadores y trabajadoras LGTBI reconocen que prefieren ocultar su orientación sexual, identidad y/o expresión de género en sus empleos para no sufrir represalias o situaciones indeseadas o violentas.
Como consecuencia, las personas LGTBI, al verse en la obligación de disociar la esfera privada de la laboral, están expuestas a riesgos psicosociales, tales como ansiedad, estrés y depresión. Estos riesgos no se reconocen, teniendo en muchos casos, la consideración de enfermedad común y no laboral. Otra de las situaciones asociadas a la ocultación es la renuncia a derechos, como el acompañamiento a cónyuge a consulta médica, el permiso por matrimonio o filiación, etc., al preferir mantener en secreto la orientación sexual en el trabajo.
En los casos en los que se visibiliza la orientación sexual o la identidad de género, cuando se produce el despido de la persona existe la dificultad de demostrar la causa. Muchas personas LGTBI prefieren renunciar a su empleo o buscar otro antes que pasar por el proceso judicial o, en caso de que se declare nulo el procedimiento, volver a un entorno laboral donde se les discrimina.
Tener una expresión de género no normativa o una identidad de género trans también penaliza a las personas en el acceso al empleo y en la carrera profesional. Según datos de FELGTB, el 85% de las personas trans sufren situaciones de desempleo de larga duración, empujándolas a la exclusión social. Para UGT, es urgente abordar la situación de discriminación que sufren las personas trans en el empleo y proponer medidas y políticas públicas para erradicarla.
UGT en las empresas del CEV, hemos empezado a avanzar en este sentido, y en la firma del II CEV ya incluimos los principios para asentar las bases contra la LGTBIfobia. No nos podemos quedar aquí, hay que seguir avanzando para erradicar de una vez por todas la discriminación que sufren estos colectivos.