El anuncio por parte del Gobierno de la apertura de las portabilidades da el pistoletazo de salida a uno de los periodos con mayor incertidumbre competitiva en la historia de nuestro Sector, equiparable al acaecido en 1998, cuando se liberó el mercado de las telecomunicaciones en nuestro país.
Con un entorno macroeconómico marcado por el descenso de PIB a ritmos nunca vistos, con tasas de paro que podrían superar las ratios de la Gran Recesión de hace una década y con el contexto sanitario aún en máxima alerta (situación que, no lo olvidemos, nos acompañará aún un tiempo), nuestro mercado pulsa el play después de dos meses en pausa.
Por tanto, en sólo cinco días hábiles pasaremos casi del 0 al 100 %, amenazando generar, como ya hemos denunciado anteriormente, un laberinto organizativo y sanitario, que correrá en paralelo con un panorama sectorial desconocido, con todos los ingredientes para conformar un cóctel explosivo.
Por un lado, debemos enfrentar la parte regulatoria y bursátil, con acciones en mínimos históricos, nuevos competidores low-cost con ofertas muy agresivas, la ingente inversión en 5G a la vuelta de la esquina, una regulación deficiente y obsoleta, centrada en la ya conocida dinámica de apostar por el precio en vez de por la competencia en infraestructuras, y un volumen de empleo en franca recesión en todas las operadoras en España y Europa.
Por otro, tendremos que encajar la situación de nuestros clientes, dando contestación a preguntas de difícil respuesta, respecto a cómo afectará a nuestro mercado residencial y gran público la disminución de la renta en movimiento, con una gran parte de la población en ERTE o desempleo, qué repercusión tendrá el impacto de la pandemia en las empresas y cómo afectará a nuestro segmento de pequeña y mediana empresa, afectado ya por la anterior crisis, o cómo reaccionarán los grandes clientes y en qué medida serán capaces de sostener los contratos tal y como fueron concebidos o forzar renegociaciones que generen severas tensiones de caja.
Todas las operadoras preparan un aluvión de ofertas, que perfilan el devenir fundamentándose en el papel que jugarán la banda ancha y el valor añadido del entretenimiento (series, TV) en la fidelización, ante otro posible confinamiento.
Ante este complejo escenario, la contención de bajas, la captura de nuevos clientes y la fidelización como factores competitivos serán algunas de las muchas claves que marcarán el futuro inmediato del sector, tensionando la actividad y las condiciones laborales.
UGT Comunicaciones es plenamente consciente del desafío que tenemos por delante. Un reto competitivo que tendrá, sin duda, interacciones con nuestra vida laboral. Un complejo escenario en el que no cabe ponerse de perfil, sino prepararse, informar y actuar.
Y en estos momentos es cuando cobra más importancia que nunca tener un Convenio como el vigente, quizás el más garantista del país y sin duda el mejor del Sector. Un convenio sólido en derechos fruto del compromiso y la capacidad de UGT, demostrada crisis tras crisis, de dialogar, negociar y acordar; de mantener una interlocución que nos dota de suficiente experiencia y fortaleza para afrontar cualquier escenario que se presente, lo que nos convierte, una vez más, en la garantía de futuro que precisan las personas trabajadoras.
UGT Comunicaciones