Fortísima multa a las principales operadoras transalpinas por insistir en una práctica, que aun viniendo de antiguo, resulta incomprensible e injustificable.
Hace ya tres años, las cuatro operadoras más importantes de Italia (Telecom Italia, Vodafone, Wind y Fastweb), tuvieron la “ocurrencia conjunta” de comenzar a facturar 14 veces al año. Obviamente, la iniciativa no surgía de ninguna necesidad operativa o impuesta externamente, sino de un afán de cobrar a los clientes una mensualidad más al año. En cálculos oficiales, la medida supuso un incremento de los precios del 8,5% sin recibir ningún servicio adicional nuevo; o dicho de otro modo, los clientes de todas estas compañías vieron incrementada su factura por que sí.
La reacción de aquella del regulador local, AGCOM, fue furibunda, obligando a las operadoras a facturar mensualmente, estableciendo un plazo de 90 días para que todos los operadores cumpliesen con la nueva norma1http://ugtcomunicaciones.es/wordpress/italia-multa-operadoras-facturar-13-veces-al-ano/.
Los operadores hicieron caso omiso de la multa y de la imposición, obligando incluso al Gobierno a cambiar la ley, para hacer efectiva una facturación a razón de doce veces al año.
Pero los operadores italianos no estaban dispuestos a admitir su derrota (y a renunciar a unos jugosos, pero injustificados, ingresos). Así, aceptaron volver a facturar mensualmente, pero pactando entre ellas que el montante total establecido anualmente se mantenía, pero repartido en 12 abonos en vez de en 13. En román paladino: la subida de las tarifas se mantenía, a pesar de las advertencias.
Como cabía esperar, AGCOM ha reaccionado, y en forma de durísima multa: 228 millones de euros2https://www.ilsole24ore.com/art/maximulta-antitrust-tim-vodafone-fastweb-e-wind-tre-28-giorni-AC6RX5FB, a repartir de la siguiente forma: 114,4 millones TIM, 59,9 millones Vodafone, 38,9 millones Wind Tre y con 14,8 millones a Fastweb3https://www.expansion.com/empresas/tecnologia/2020/02/03/5e384ae4e5fdeaf76c8b45d0.html. Además, el regulador considera que las cuatro empresas están constituyendo un cártel de facto, pactando precios, una actuación monopolística prohibida, por lo que las pone en vigilancia por si es preciso imponer más sanciones.
En definitiva, cuando nos preguntemos el porqué de la mala imagen que tienen muchos clientes de las operadoras de telecomunicaciones, pensemos en casos como éste.07