BT está sugiriendo hacer más despidos3https://telecoms.com/505943/union-talks-of-strike-action-as-redundancies-loom-at-bt/, y no precisamente llegando a acuerdos con los sindicatos: los quiere realizar de forma forzosa4https://www.totaltele.com/506733/BTs-forced-redundancies-an-attack-on-key-workers-says-union.
La tensión, ya muy alta antes de la pandemia, acaba de aumentar de forma muy significativa, una vez que la economía británica ha sufrido un varapalo muy superior en su PIB como consecuencia del Covid195https://www.lavanguardia.com/economia/20200813/482799063316/economia-reino-unido-caida-pib-ocde.html.
Esta situación ha llevado a Andy Kerr, secretario general de CWU, sindicato más representativo del Reino Unido, a publicar un durísimo artículo de opinión6https://tribunemag.co.uk/2020/08/why-is-bt-punishing-its-key-workers/, donde el título lo dice todo: “BT ataca a trabajadores esenciales”.
En opinión de Kerr, BT ha comenzado un ataque contra la plantilla, olvidándose de su compromiso a lo largo de la pandemia y de la larga tradición de pactos que siempre ha presidido las relaciones laborales en operadora: “Cuando nos enfrentamos a despidos obligatorios, no tenemos más remedio que organizar nuestra afiliación y coordinar la campaña sindical más grande que se haya visto el sector de las telecomunicaciones. Antes de exponer más sobre nuestra campaña, es fundamental que la gente comprenda que los mismos trabajadores que BT quiere despedir son aquellos que han mantenido al país conectado durante este período”.
La operadora considera que la plantilla tiene un tamaño sobredimensionado (105.4007https://craft.co/bt), lo que afecta a su capacidad financiera, tal y como se puede ver en la siguiente tabla8https://telecoms.com/505943/union-talks-of-strike-action-as-redundancies-loom-at-bt/:
La CWU replica estos argumentos, explicando el despilfarro que supuso la compra de Everything Everywhere (16.625 millones de euros; una adquisición muy cuestionable desde un punto de vista estratégico y económico, después de desprenderse de esta línea de negocio años antes, en un claro ejemplo de “me equivoqué y tengo que dar marcha atrás”) o preguntando por el salario de algunos directivos o cómo es posible que se sigan repartiendo dividendos. Por todo ello, CWU ha iniciado una campaña reivindicativa con el lema: “Count me in! Now is the time to unite” (“Cuenta conmigo. Ahora es el momento de unirnos”).
Kerr acaba advirtiendo de la posibilidad de convocar una huelga: “Mi último mensaje es para BT Group: a lo largo de los años hemos logrado un gran progreso juntos. Al abandonar esta dirección, se arriesga […], en última instancia, a una huelga si no podemos llegar a un acuerdo. Nuestro sindicato no se quedará al margen y verá a los trabajadores que han construido BT despedidos obligatoriamente mientras los accionistas se llenan los bolsillos y los presentadores de BT Sport reciben contratos chapados en oro. Nuestra puerta está abierta para negociaciones genuinas”.
En definitiva, máxima tirantez en una de las operadoras más importantes de Europa y del mundo; una situación que seguiremos de forma pormenorizada.