En medio de la mayor crisis sanitaria y económica en un siglo, la importancia de un Convenio sigue siendo un aspecto capital. Negociar, acordar y desarrollar un marco colectivo garantista a medio y largo plazo, con cláusulas de salvaguarda, derechos sociales y económicos, es un logro innegable que es necesario poner en valor.
Al igual que pasó a principios de esta década, en medio de la denominada Gran Recesión, los dos Convenios de Empresas Vinculadas firmados por UGT han conseguido acumular subidas salariales muy por encima del coste de la vida y, como ya sabemos todos, en medio de circunstancias de una complejidad nunca vista en décadas.
El análisis en retrospectiva no deja dudas: en el último lustro, sólo con la subida salarial firmada en el CEV para todas las personas trabajadoras, ya doblamos el incremento acumulado del IPC. Si sumamos los diferentes pluses pactados para cada ejercicio, que ascienden a 1.500 euros en total, estamos ante un incremento salarial pactado por Convenio para toda la plantilla que supera el 10% en cinco años.
Y todo ello sin contar que una buena parte de los pluses han pasado a consolidarse para siempre en nuestro salario base (lo que influye en múltiples aspectos, desde la aportación al Plan de Pensiones al cálculo de la renta en los pasados PSI) convirtiéndose en nuevos incrementos salariales relevantes. (es el caso de este año 2021, donde consolidaremos los 150 € del plus de octubre de 2020) además de las subidas salariales diferidas provenientes de la antigüedad (a razón de un 1,2% anual) y los pases de nivel (que suponen un 3,5% de subida).
Con tales cifras, poco más se puede añadir en términos cuantitativos y, si además miramos a nuestro alrededor, constataremos el salto cualitativo que supone este desarrollo económico en medio de una pandemia sin precedentes.
El próximo desafío es consolidar y prolongar estas garantías. En este año 2021 tenemos marcado en el calendario la posibilidad de prórroga del II CEV, extremo que sólo se podrá conseguir con el concurso de UGT con el apoyo, de nuevo, de la mayoría de las personas trabajadoras.