Ejercicio tras ejercicio, ERE tras ERE, el sector de las telecomunicaciones en España sufre de una insoportable sangría en el empleo. Más del 40% de los puestos de trabajo que tenía este sector han desparecido en poco tiempo. Cerca de 41.000 empleos se han volatilizado; empleos de calidad, dignos y con una formación tecnológica de altura. A estas indignantes cifras, Orange amenaza con sumar otros cuantos cientos de despidos.
A lo largo de todo este tiempo, UGT ha denunciado la desidia a la que nos someten reguladores y legisladores, tanto nacionales como europeos, tanto los de ahora como los de antes. Obcecados en perpetuar una insana competencia sobre precios, en fomentar a toda costa el low cost, por encima de cualquier razón o evidencia económica, han transformado un sector otrora saneado, potente, productivo y puntero en una máquina de destruir empleo, paralizado por una regulación que prima el parasitismo sobre la inversión y la innovación; supeditando precio y bajas tarifas al despliegue de nuevas redes y servicios.
Ni la mayor pandemia vivida en generaciones, que concitó un consenso insólito en toda nuestra sociedad, sobre la imperiosa necesidad de poseer redes de conectividad capilares y robustas, han conseguido revertir la nefasta regulación que soportamos. Las promesas de futuras leyes de telecomunicaciones que primen el empleo y la inversión en infraestructuras por encima del low cost, por ahora ni se vislumbran en el corto plazo, si es que algún día llegan. El regulador patrio (la CNMC) persiste en aplicar normas regulatorias de otro siglo y contexto, que constantemente atentan contra la calidad profesional de las personas trabajadoras que componemos el sector telco.
Esto tiene que parar y tiene que ser ya. No se puede continuar con esta dinámica destructiva, que nos lleva a una ruina económica, laboral, social y tecnológica. Tenemos la obligación moral y económica de hacernos (todos) estas preguntas: ¿es posible conformar una economía resiliente sin empleo digno y cualificado? ¿es factible articular una sociedad digital con redes de todo a cien? ¿vamos a poder aprovechar las ayudas europeas al 5G, a la conectividad, a la digitalización del tejido productivo con operadores sin empleados? ¿es justo dar ayudas públicas a operadoras que destruyen empleo sin miramientos? ¿se puede seguir consintiendo la permanente proliferación de operadores, que ni invierten ni crean riqueza, al calor de pelotazos bursátiles especulativos, mientras los que realmente invierten se ven obligados a ceder sus redes por decreto?
UGT no va a cejar en su empeño de frenar este sinsentido, ni ante el episodio cercano que protagonizará Orange ni ante cualquier otro que surja en los próximos tiempos. Exigimos a legisladores y reguladores que se posicionen. Les instamos a decir públicamente qué modelo defienden: o uno de empleo cualificado, tecnológico y digno, de inversión, innovación y cierre de la brecha digital territorial; o el vigente, cimentado en despidos, parasitismo y grandes áreas rurales sin fibra ni 5G.
Si quieren el primero (no contemplamos otra opción), es hora de actuar: decreten, dicten y reordenen este sector, y háganlo sin dilación. Continuar como hasta ahora devendrá en conflicto, pobreza y atraso digital. Está en sus manos parar este tremendo fracaso económico, laboral, tecnológico y social.