La publicación del último informe del FTTH Council Europe1https://www.ftthcouncil.eu/home/latest-news/new-fibre-market-panorama-2021-revealed?news_id=3872&back=/home confirma el estado de gracia de nuestras redes de fibra óptica, a la cabeza del continente europeo.
El ranking coloca a España en la tercer posición en redes de fibra absoluta – datos a septiembre de 2020-, pero también en el formato FTTH. Pero para saber la verdadera dimensión del “milagro español” es preciso añadir alguna información adicional.
Las dos naciones en cabeza, aun presentando un 8% más de penetración de fibra en los hogares, son países pequeños si se comparan con la población y extensión de España (47 millones de habitantes y 506.000 km2). Así, Islandia, que ocupa el primer lugar, apenas alcanza los 360.000 habitantes para una superficie de 103.000 km2. Bielorrusia, la situada en segundo lugar, ocupa una geografía de 207.600 km2 para una población cifrada en 9,5 millones de habitantes.
Si buscamos un país comparativamente similar al nuestro, debemos bajar hasta la duodécima posición, para encontrar a Francia, con menos de un 30% de FTTH. Algo antes, en el puesto décimo podríamos contemplar a Rusia, pero su red de fibra es eminentemente FTTB, lo que no es comparable en términos de esfuerzo inversor y de capacidad2https://es.wikipedia.org/wiki/FTTx.
También es preciso mencionar la media europea: apenas supera el 15% de hogares con FTTH (un 20,5% si se suman FTTH y FTTB). Y finalmente, reseñar los puestos que ocupan países como Reino Unido (antepenúltimo, con un 3% de FTTH) o Alemania, a la cola de la comparativa, con menos de un 4% de fibra hasta el hogar. Un poco mejor, Italia, pero sin llegar al 6%.
Huelga hacer muchos más comentarios, porque los datos son tan contundentes que hablan por si mismos.
