El IPC ha cerrado en septiembre de 2021 en un astronómico 4%. Una cifra que no veíamos desde hace muchos años.
Es lógico que esa tendencia produzca alarma y preocupación en la plantilla de TME pero, gracias a las previsiones y garantías contenidas en el II CEV, firmado y recientemente prorrogado por UGT, nuestro poder adquisitivo está completamente garantizado.
El II CEV establece que “si al finalizar la vigencia del Convenio, incluida su prórroga, el IPC real acumulado de todo el periodo fuera superior a los incrementos pactados de la masa salarial global ambas partes se comprometen a revisar las tablas salariales con efectos de 1 de enero de 2023 para garantizar que no se produzca pérdida del poder adquisitivo en este periodo”. Es decir, si la suma de los IPC acumulados entre 2019 y 2022 fuese superior a las subidas pactadas por convenio, la empresa está obligada a revisar nuestros salarios al alza en virtud de esta cláusula garantista introducida en el CEV por UGT.
A este respecto, queremos hacer mención al personal fuera de convenio de TME. La evolución del IPC, tanto la real como las previsiones, hace necesaria una reflexión: El marco retributivo de los FC precisa de una revisión profunda que tenga en cuenta circunstancias como la expuesta del IPC, así como otras cruciales, como la referencia a la retribución correspondiente a cada caso dentro de Convenio. Por ello, desde UGT vamos a estar muy encima de los acontecimientos de cara a la próxima revisión de 2022 para los FC, que debe evitar, en cualquier caso, pérdida de poder adquisitivo.
Nuestra subida salarial es la mayor del sector y, con toda probabilidad, la mejor de todos los convenios colectivos que existen en España. Un logro económico que no sería posible sin el apoyo de la plantilla de TME y que resulta imprescindible renovar cada cuatro años.