El pasado mes de junio, en un momento económico delicado en plena situación pandémica, UGT logró extender la estabilidad laboral económica y laboral de las personas trabajadoras de Telefónica mediante la oportuna prórroga del II CEV hasta el 31 de diciembre de 2022. Durante aquella negociación requerimos a la empresa para que aclarase sus planes respecto a posibles medidas de adecuación de plantillas, preocupados por la deriva que adoptaba un Sector que en ese momento acometía los ERE de Orange y Vodafone.
Recordemos que la empresa negó que una medida de ese calado estuviera en sus planes, hasta que en el mes de noviembre la prensa se hizo eco de la inminencia de un PSI en Telefónica, forzando nuestra intervención ante la Dirección para encuadrar dicha medida en una nueva negociación que garantizase el futuro de todas las personas trabajadoras.
Así, ante un escenario ciertamente preocupante, con una situación económica desfavorable, con una inflación alimentada por la escalada de precios de materias primas, combustibles y energía, los malos resultados de la compañía, derivados de la excesiva competencia en precios y la continua pérdida de clientes en favor de los operadores virtuales y con la prórroga ya cerrada hasta el 2022, se nos planteaba una única medida paliativa que solamente incide en la reducción de los costes laborales.
En esa compleja encrucijada UGT abogó inmediatamente por una negociación, pero no únicamente sobre las condiciones de salida de quienes pudieran acogerse al PSI que, siendo importantes, entendíamos que debían de acompañarse de medidas para garantizar las condiciones laborales y económicas de quienes se quedasen en la empresa. En esa línea, planteamos a la empresa la necesidad de abordar una negociación que contemplase por un lado el propio PSI, y por otro una prórroga del CEV que como mínimo abarcase la duración del aquel, así como el establecimiento de compromisos y garantías a futuro, y que denominamos Plan Social de Empleo.
Por tanto, UGT se marcó el triple objetivo de obtener un acuerdo en las materias reseñadas, de forma que se convirtiese en un acuerdo global que pudiera satisfacer tanto las expectativas de quienes quisieran acogerse al PSI como las necesidades, más allá de la propia vigencia del Convenio, de quienes permanecerían en la empresa.
A ese fin hemos dedicado nueve reuniones, no siempre fáciles, que han supuesto un notable esfuerzo para todas las partes en tanto que, por un lado, nos encontrábamos ante un planteamiento inédito del PSI, limitado a determinadas áreas y diferenciando el colectivo “objetivo” de los nacidos en 1967 de aquellos que pudieron acogerse a medidas anteriores y optaron por quedarse en la empresa y, por otra parte, la empresa se retraía ante una prórroga en las mismas condiciones que la obtenida en junio, intentando eludir la cláusula de revisión salarial.
Durante las intensas negociaciones hemos desglosado nuestras peticiones para englobar en un único acuerdo un Pacto Social por el empleo, la prórroga del CEV y un PSI, apoyándonos en la necesidad de establecer un plan de futuro a medio y largo plazo que garantice la continuidad de la empresa y por añadidura de los puestos de trabajo y condiciones laborales, logrando finalmente configurar un acuerdo global que entendemos satisface la mayor parte de nuestras aspiraciones, contempla los intereses de todos los colectivos implicados y trastoca los planteamientos iniciales de la empresa.
El Plan Social de Empleo recoge prácticamente todas nuestras estipulaciones y demandas en los ejes expuestos permanentemente por UGT durante la negociación, principalmente en materia de igualdad y diversidad, nuevas formas de trabajo, incorporación del talento, reskilling y nuevo empleo, y contiene el compromiso para la evolución y desarrollo profesional de la plantilla así como la especificación de un Mapa de actividad que determine las áreas y localidades que pueden ser deslocalizadas, de forma que podamos demos una respuesta concreta y posibilista a la España vaciada.
Respecto al PSI, teniendo en cuenta el esfuerzo realizado para conciliar los intereses empresariales y los de las personas trabajadoras, valoramos que las condiciones establecidas son similares en todo a las de anteriores Planes para los nacidos en 1967, habiendo obtenido un sensible incremento de la oferta para los nacidos con anterioridad a ese año que se acogieran a la propuesta empresarial de forma que económicamente no pierden en comparación a la salida que podían haber tenido anteriormente, además de haber logrado minimizar el impacto en la voluntariedad que inicialmente planteaba la empresa, abriendo todas la áreas al PSI independientemente de los porcentajes finalmente pactados y que, en todo caso, tendrán un tratamiento en la comisión de seguimiento que se creará.
En cuanto al CEV, hemos logrado finalmente su extensión al 31 de diciembre de 2023, con un incremento salarial del 1,5% y un plus de 300€, de los que 150 euros se incorporarán a los sueldos base a 31 de diciembre de 2023, formando parte de la masa salarial en el ejercicio 2024 a efectos de cálculo para la revisión salarial del año siguiente, e incluyendo la imprescindible cláusula de revisión salarial que debe mantenernos al margen de las veleidades de la inflación.
Todos estos temas han sido trasladados a nuestros órganos territoriales de decisión que, valorando en su conjunto los indudables aspectos positivos que los acuerdos contienen, incluida la merma respecto a las intenciones empresariales originales, su contribución para garantizar el futuro de la actividad y los puestos de trabajo en todo el territorio nacional, así como el mantenimiento de condiciones laborales y el progreso económico, han estimado la oportunidad de la firma de dichos acuerdos de forma simultánea,
Recordemos que para UGT es fundamental alcanzar un acuerdo que aglutine los aspectos mencionados de forma que nos coloquemos en situación de afrontar desde una posición de estabilidad y con plenas garantías el inmediato futuro y podamos aprovechar el impulso que sin duda supondrá el cambio de ciclo que configura la nueva regulación de la CNMC y la inversión milmillonaria en nuestro Sector al socaire de las ayudas públicas europeas para el próximo trienio en nuevas infraestructuras y apoyo a la digitalización, recuperando así la posición que la Compañía merece por tamaño, capacidad de inversión y potencial técnico y humano, manteniéndonos como referente en materia de empleo y condiciones laborales en nuestro país.