Desde UGT venimos señalando con creciente preocupación la deriva de la empresa, que se viene alejando paulatinamente de la trayectoria de concertación y negociación que hemos conseguido, entre todos, construir con esfuerzo y esmero en los últimos años.
Desde hace meses, mediante escritos y comunicados, hemos manifestado que la fuerza de ventas se encuentra sin rumbo, a expensas de las decisiones adoptadas en cada territorio y al margen de la Mesa de Comercial, esperando aún la concreción de la nueva figura de vendedor presencial comprometida en el CEV y con un modelo de carrera comercial con evidentes síntomas de agotamiento, sin que se vislumbre aún ninguna intención de abordar estos temas en los foros establecidos para ello.
Igualmente hemos señalado carencia de una política coherente respecto a los fuera de convenio, evidenciada por la modificación unilateral, a la baja, de su marco de relaciones laborales, la ausencia de políticas de igualdad para ese colectivo concreto, la congelación de los vales comida, en tanto el resto de Operadoras los aumenta, o la represión hacia aquellos FF.CC. que se vieron obligados a reclamar individualmente sus derechos económicos en base a nuestras demandas colectivas ganadas. Esperemos que los cambios producidos ayer en el área, propicien una temprana solución para el colectivo, y cierre un conflicto innecesario y mal gestionado.
Como UGT hemos comprobado la descoordinación e improvisación de la última convocatoria de encargados, incluyendo una obligada repesca in extremis para cubrir unas necesidades no previstas inicialmente, a la vez que se acude a oscuras convocatorias externas que obstaculizan la promoción interna de nuestra Red de Ventas y la evolución laboral de nuestros profesionales ya cualificados.
Esa errática política empresarial culmina con la negativa a aplicar en el entorno CEV los criterios fundamentados en la sentencia del Tribunal Supremo para el cómputo de los permisos retribuidos, que deben empezar en día lectivo, no convocando la pertinente Comisión de Negociación Permanente que podría haber solventado sin dilación el trámite para su aplicación, obligando a UGT a interponer papeleta de conciliación ante el SIMA, como paso previo a la interposición de un conflicto colectivo, para obtener un derecho paradójicamente ya consolidado en la jurisprudencia social y que la empresa difiere absurda e inútilmente.
UGT no retrocederá ni un ápice en la defensa de los derechos económicos, laborales y sociales que con tanto esfuerzo hemos obtenido a lo largo de los años, apostando, como siempre, por el modelo de concertación que ha demostrado sobradamente su valía y eficacia, tanto para los intereses de los trabajadores y trabajadoras como para los de una empresa situada ante colosales desafíos económicos, sectoriales, tecnológicos y regulatorios.
En muy pocos meses deberemos abordar sin dilación la negociación de un nuevo Convenio para los próximos años, que nos posibilite actuar en un escenario difícil e incierto. La empresa debe ser consciente de que cualquier desvío del actual modelo de concertación pondría seriamente en peligro el clima de paz laboral y los acuerdos que los trabajadores, pero también la empresa, precisan para afrontar con garantías el futuro ante nuestra, cada vez más, cimentada competencia.