“Al huir de la soledad se pierde la oportunidad de disfrutar del aislamiento, ese sublime estado en el que es posible evocar pensamientos, sopesar, reflexionar, crear y, en definitiva, atribuir sentido y sustancia a la comunicación” ( Bauman,2011)
Mi nombre es Naomi Mirabel y soy comercial una tienda Movistar. No voy a negar que viví los primeros días del estado de alarma que está teniendo lugar en la actualidad en España a causa de la pandemia del Covid-19 con mucha ansiedad, principalmente provocada por el anuncio del Gobierno español en el que se indicaba que nuestras tiendas iban a poder abrir porque las telecomunicaciones pasaban a ser consideradas de “primera necesidad”. Mientras se ordenaba que todos los ciudadanos se mantuvieran en casa confinados, algunas de nuestras tiendas iban a tener que abrir, exponiendo a algunos de los empleados de la compañía al miedo y al virus.
Mi primera reacción, como la de muchos, fue llevarme las manos a la cabeza y espantarme por el hecho de que algo aparentemente superfluo, como estar conectado a una red virtual, fuera considerado de primera necesidad. “Una cama en una UCI de un hospital o un plato de comida”, me decía yo a mí misma, “es lo único que necesitamos ahora mismo para sobrevivir como especie… por el amor de dios”, seguí diciéndome a mí misma: “¿Cómo vamos a abrir las tiendas y exponernos al virus y al miedo? ¿Para que un cliente se compre un terminal móvil? ¿Para que un despistado tenga internet en casa? ¿Pero en qué mundo vivimos?”
Espantada y desde el confinamiento en mi hogar, alejada del temido virus, encontré un espacio para reflexionar y darme cuenta que este mundo en el que vivimos es el mundo de la conexión permanente. Nuestra sociedad, tal y como la describe Manuel Castells (1999), es la sociedad red.
Entonces encontré una explicación lógica a la necesidad de abrir las tiendas de telecomunicaciones: la necesidad que tenemos los seres humanos de no sentirnos solos. De estar permanentemente conectados. En la sociedad de la era del internet exponer a los ciudadanos a una soledad a la que no estamos acostumbrados sería probablemente un suicidio social. De esa manera empecé a entender cuáles son los tres sectores esenciales que nos van a ayudar a superar esta crisis del Covid-19: el sistema sanitario, el sector de la alimentación y el de las telecomunicaciones.
Los seres humanos somos animales sociales, eso lo sabemos hace tiempo. La cuestión es que en una época en la que prestigiosos pensadores vienen anunciando el peligro de la adicción que han creado las redes sociales en los seres humanos, nos encontramos en una situación inimaginable, en la que sobrevivir sin conexión a internet o teléfono móvil se nos haría difícil a la mayoría de personas, incluso a aquellas que presumen de no estar “enganchadas” a la tecnología. Imaginarte encerrado en tu casa, aislado, sin contacto con nadie, sin internet o teléfono móvil nos trasportaría a una realidad apocalíptica ¿Somos realmente adictos o las TIC simplemente nos van a ayudar a pasar este confinamiento sin graves secuelas psicológicas a la mayoría de ciudadanos? Al fin y al cabo la red nos está permitiendo mantener una vida parecida a nuestra vida real. Una vida virtual en la que seguimos hablando con nuestros amigos y familiares a través de video llamadas, seguimos practicando yoga con nuestra profesora favorita a través del directo de Instagram e incluso estamos disfrutando de conciertos gratuitos con los mejores artistas a través de internet. Y también estamos trabajando desde casa con el ya famoso teletrabajo.
Así podemos estar aislados, evitar la propagación de este virus y el contagio de nuestros seres queridos y a la vez seguir conectados. No estar solos. Es una pena que el célebre sociólogo Zygmunt Bauman (2014), tan crítico con la deshumanización a la que hemos llegado con la tecnología, no pueda estar vivo para poder analizar esta situación llena de contradicciones. Él advirtió de los peligros que esconde internet, donde se crean nuevos lazos de identidad, relaciones superficiales y comunidades virtuales donde aquellos individuos más desamparados buscan protegerse de un mundo exterior donde habita el peligro, el miedo y la soledad (Canaza, 2018).
Como si de una premonición se tratara, podemos decir que esto finalmente se ha hecho realidad y ahora todos somos aquellos desamparados que debemos quedarnos en casa para protegernos de un mundo exterior en el que habita un virus. Solos, en casa, pero más acompañados que nunca antes en la historia de la humanidad. Y es que el ser humano no soporta la idea de estar solo, de ahí el poder de internet. El miedo a la inexistencia se desvanece gracias a internet, que nos mantiene vivos y seguros del mundo externo.
En este contexto, en el que la tecnología pasa de forma inevitable a ser catalogada como producto de primera necesidad, nos encontramos los trabajadores de este sector, muchos de ellos en contacto directo y personal con clientes, principalmente los técnicos y los empleados de las tiendas. Y aunque muchos acudamos a nuestros puestos de trabajo o al domicilio de los clientes con miedo, somos conscientes de la importancia de nuestra labor. Imaginad nuestra sociedad ahora mismo.
En una situación de alarma nacional, que nunca antes vivimos, y desconectados de la red. Llegaría el caos y muchos ciudadanos se quebrarían psicológicamente expuestos a una soledad que jamás antes habían sentido con tanta fuerza, porque siempre habían estado conectados a sus seres queridos, personal o virtualmente.
Los que trabajamos en este sector estamos garantizando que muchos individuos no se vean abocados a ese dolor. Nuestro «deber» es mantener esta sociedad red segura. Nunca antes se nos hubiera ocurrido imaginar que nuestra labor sería clave para mantener en pie nuestra sociedad.
Nosotros somos imprescindibles para que esta crisis se supere. Todo irá bien.
Bibliografía consultada:
- Bauman, Z. (2011). 44 Cartas desde el Mundo Líquido. Barcelona. Editorial Paidós.
- Bauman, Z. (2014). “Facebook está basado en el miedo a estar solo”. Sociólogos. Descargado de: https://ssociologos.com/2014/07/17/zygmunt-bauman-facebook-esta-basado-en-el-miedo-estar-solo/
- Canaza, F. (2018). La Sociedad 2.0 y el Espejismo de las Redes Sociales en la Modernidad Líquida. Universidad Nacional del Altiplano Puno. Perú. In Crescendo, 208; 9(2): 221-247.
- Castells, M. (1999). La Era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura. El Poder de la Identidad. Madrid. Alianza Editorial.