UGT velará por el cumplimiento de la cláusula de revisión salarial establecida en el II CEV, manteniendo el poder adquisitivo .
En Telefónica venimos asistiendo en los últimos tiempos a un baile de posicionamientos y opiniones de múltiples actores respecto a nuestra cláusula de garantía salarial. Se trata, en todas las ocasiones, de organizaciones que ha vilipendiado todos nuestros CEV y sus prórrogas, llegando incluso a decir que eran acuerdos “infirmables”. Paradójicamente, ahora pretenden erigirse en sus máximos hacedores, en una burda campaña publicitaria que ya no engaña a nadie.
Todo este ruido de fondo nos obliga a ser claros: La prórroga del II CEV, suscrita el 22 de junio de 2021, que garantizaba que no se produciría pérdida del poder adquisitivo en el periodo 2019-2022, es un logro únicamente atribuible a nuestra labor negociadora. Fue UGT la que defendió, durante las doce reuniones de negociación del CEV y las nueve para su prórroga, la exigencia irrenunciable de incluir una cláusula de revisión salarial vinculada al IPC real, un acierto innegable, viendo la conflictividad existente en el resto de sectores y empresas donde no se establecieron este tipo de garantías.
Y, como responsables de la presencia vinculante para las partes firmantes de la citada cláusula, inmediatamente nos convertimos, como es lógico, en garantes de su cumplimiento. A quienes no sólo no firmaron el II CEV, sino que lo han denostado y difamado hasta la saciedad, no pueden aparecer, a toro pasado, con exigencias e interpretaciones, intentando arrogarse un mérito y un protagonismo que ni tienen ni les corresponde. En conclusión: UGT velará por el cumplimiento de la cláusula de revisión salarial establecida en el II CEV, exigiendo su aplicación en el foro correspondiente, una vez que se publique el dato del IPC real de 2022.
Vivimos en la era de la posverdad, las fake news y el clickbait (la versión moderna del “no dejes que la realidad te estropee un buen titular”) y un largo etcétera de situaciones que derivan lamentablemente en un continuo goteo de rumores, patrañas y supuestas filtraciones sobre cualquier tema. El momento tan delicado y complejo como el que estamos viviendo, como consecuencia de la terrible pandemia que hemos sufrido y la no menos dramática guerra de Ucrania, aderezado con unas tasas de inflación inéditas, supone el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de desinformaciones provenientes de aquellos únicamente interesados en medrar en el río revuelto que contribuyen a enturbiar con sus “noticias”.