Desde el comienzo de esta crisis sanitaria, UGT y la gran mayoría de los sindicatos de Telefónica hemos estado al pie del cañón exigiendo, desde los primeros momentos, participar en la gestión de las directrices para proteger la salud e integridad de las personas trabajadoras que componemos esta empresa y, a continuación, reclamando la adopción inmediata de medidas que realmente sirviesen para proteger nuestra salud: generalización del teletrabajo, mucho antes de que se adoptase el Estado de Alarma, reparto de material de protección, instauración de protocolos para la limpieza de edificios o el progresivo cierre de las tiendas de atención al público. Medidas, todas ellas, que han ido evolucionando en función de cómo avanzaba la infección, y siempre acordadas con la empresa, que ha manifestado a través de sus actos su voluntad para primar el bienestar de la plantilla por encima de otros intereses.
Gracias a esta estrecha colaboración hoy, una abrumadora mayoría de las personas que componemos Telefónica estamos teletrabajando. Pero, como es reconocido por todos, existen actividades, esenciales para nuestra sociedad y críticas para el sostenimiento de nuestra economía y nuestro sistema sanitario, que es necesario atender de forma presencial en nuestros centros de trabajo y las dependencias de los clientes. Hablamos de nuestros particulares héroes, aquellos a los que toda nuestra Ciudadanía da las gracias por ayudarles a trabajar en sus casas, porque sus hijos puedan seguir con el calendario escolar, o por facilitar un indispensable ocio en tiempos de confinamiento. Hablamos de compañeros y compañeras tan imprescindibles como necesarios en esta crisis, a los que el resto de nosotros apoyamos con nuestro trabajo en casa.
Fruto de este trabajo, y de la estrecha colaboración entre empresa y sindicatos en defensa de la salud de los trabajadores y también para dar continuidad al negocio que sostiene nuestros empleos, los medios de comunicación y la sociedad en general están reconociendo a Telefónica como una empresa ejemplar y clave para sobrellevar esta crisis sanitaria.
En UGT opinamos que nos debemos a nuestros compañeros que no pueden teletrabajar, y, por supuesto, a la protección de su salud. Por ello, no podemos ni debemos mantenernos ajenos a ciertas prácticas que no podemos compartir. Se trata de aquellas personas que, a pesar de tener la posibilidad real y factible de teletrabajar, siguen acudiendo, sin necesidad, a sus puestos de trabajo sitos en nuestros edificios. Personas que están poniendo en peligro la salud de nuestros héroes, de sus propias familias y de la sociedad en su conjunto.
En consecuencia, los diferentes Comités de Seguridad y Salud de las tres jurídicas que componen el CEV están trabajando para instar a todas estas personas, afortunadamente escasas en número, a quedarse en casa, haciéndoles constar que no deben acudir a los centros de trabajo si no está completamente justificado y previa autorización. Todos debemos ser conscientes que no sólo hay que valorar la salud de cada individuo, sino la del colectivo.
Acompañando a dicha actuación de persuasión, los diferentes Comités harán saber a todas estas personas que, en los casos en que exista negativa a adoptar el teletrabajo facilitado, no se expenderán permisos de desplazamiento por causas laborales, por lo que sus salidas a los centros de trabajo de Telefónica serán bajo su absoluta responsabilidad.
En definitiva, consideramos que es la mejor decisión desde un punto de vista sanitario, social y laboral. Apelamos a la solidaridad de todos y cada uno; debemos tener claro que nuestra salud es responsabilidad de todos.