Con motivo de la celebración del evento Global Expo Robot 2017 [1], la patronal tecnológica AMETIC organizó una mesa redonda bajo el nombre “Industria 4.0 y Transformación Digital, nuevo modelo para España”.
UGT Comunicaciones tuvo el privilegio de ser invitada a este foro de debate, ejerciendo de ponente entre otras personalidades de la universidad, patronales y sindicales [2].
En nuestra intervención [3], UGT defendió la innegable oportunidad que supone la transformación digital para la Sociedad y para nuestra Economía, que podría revertir los principales puntos débiles del tejido económico español: la falta de productividad y la escasa innovación. En este sentido, UGT consideró que esta transformación digital debe acometerse de forma urgente y prioritaria, pero siempre desde de la óptica de la justicia social: generando empleo y oportunidades laborales para todos.
La presentación de UGT hizo un especial hincapié en la principal barrera que presenta nuestra economía para efectuar dicha transformación de forma idónea: la falta de competencias y habilidades digitales de nuestra fuerza de trabajo [4].
Los datos que arroja nuestra investigación son paradójicos y sumamente contradictorios: mientras las empresas aseguran que necesitan nuevos especialistas en TIC, España es la campeona de Europa en destrucción de empleo tecnológico [5]; mientras existe un consenso generalizado sobre la necesidad de construir la nueva economía digital con empleos especializados y expertos, las telecos han suprimido un tercio de sus plantillas en los últimos 7 años; mientras la Comisión Europea afirma que en un futuro próximo el 90% de los puestos de trabajo requerirán conocimientos en TIC, el 50% de los trabajadores y trabajadoras españolas nunca usan un ordenador conectado a Internet como parte de su trabajo habitual.
UGT ha remarcado que esta Brecha Digital Laboral es la consecuencia de la nula formación que se imparte a trabajadores ocupados y desempleados. Las comparativas internacionales colocan a España en el puesto 104 de 139 países de la OCDE en empresas que invierten en formación a sus empleados –a la altura de Uganda o Gabón-. En cuanto a los parados, sólo un 15% usa Internet de forma habitual, carencia que dificulta sobremanera las posibilidades de conseguir un nuevo empleo.
En resumen, y tal y como explican las encuestas entre los propios empresarios:
- El 78% de las empresas creen que la formación a los parados es inadecuada para la digitalización.
- El 74% de las empresas considera que la formación continua no está adaptada a las necesidades de digitalización.
- El 60% entiende que la formación de nuestros jóvenes es insuficiente para las necesidades de la Industria 4.0.
En vista de estos contundentes datos, UGT Comunicaciones defendió la formación generalizada, tanto en el puesto de trabajo como en las oficinas de desempleo, como único vehículo para revertir esta situación.
Otro de los apartados de la presentación fue el relacionado con el futuro del empleo ante las amenazas y peligros que representa la maquinización y robotización del trabajo. UGT entiende que la transformación digital podría crear empleo en algunos perfiles muy determinados de trabajo, especialmente en ingenierías y dentro del contexto de Industria 4.0, pero es preciso levantar la mirada más allá de una determinada creación de empleo en unas pocas profesiones o puestos de trabajo sumamente especializados.
Así, tampoco debería ser discutible que existen riesgos importantes de pérdida neta de empleo en el conjunto de la fuerza laboral. Existen multitud de estudios muy pesimistas en este aspecto. Además, algunas voces muy reputadas se han elevado para refutar la experiencia de revoluciones tecnológicas anteriores, afirmando que esta vez será distinto. La capacidad cognitiva de la inteligencia artificial va un paso más allá de la mera sustitución del hombre por la máquina y quizá no queden más escalones que subir en la cadena de valor donde puedan refugiarse las personas. Aun siendo imposible vaticinar con precisión que volumen de trabajo desaparecerá, y dónde, lo cierto es que es un proceso imparable, que ya está destruyendo empleo – véase los casos del Coche Autónomo, Chatbots o la Banca electrónica- y que es nuestra obligación como sindicato prepararnos para este escenario.
En resumen, debemos anticiparnos a las consecuencias de la maquinización del trabajo y de la Industria 4.0 y preguntarnos en alto: ¿Cómo vamos a construir esa nueva Sociedad que se vaticina de forma equitativa, sostenible y racional? ¿Qué alternativas tenemos en el caso de surgir un alto desempleo por causas tecnológicas?
Para evitar una situación de casi tintes catastróficos, UGT ha presentado una estrategia global denominada Smart España (Una España Inteligente) que pretende, bajo el amparo del Diálogo Social y la Negociación Colectiva, construir esta nueva Sociedad y Economía Digital.
UGT entiende que el primer paso debe ser reformular la formación desde sus inicios académicos hasta la continuidad en el puesto de trabajo. Es preciso actualizar y adaptar la educación formal desde la infancia hasta la universidad, teniendo siempre en cuenta las necesidades dinámicas de la Sociedad y del mercado de trabajo. Es necesario potenciar la formación continua en el puesto de trabajo, apoyando con financiación pública el reciclaje permanente de los trabajadores/as. Y es imprescindible la confección de auténticas Políticas Activas de Empleo que permita a los desempleados formarse en nuevas tecnologías y tener acceso al mercado de trabajo. Algunos estudios afirman [6] que, si se duplicase el esfuerzo en formación en los trabajadores, el riesgo de automatización de un puesto de trabajo se reduciría a la mitad.
Complementariamente a este refuerzo de la formación, hay que afrontar la posibilidad de que existan trabajadores que no puedan adaptarse a esta nueva realidad. Por ello, debemos considerar la puesta en marcha de una Prestación de Ingresos Mínimos [7] o los complementos salariales que la Administración Obama incluyó en su fondo de desempleo tecnológico.
Tampoco podemos olvidar cómo sostener las pensiones en una sociedad con cada vez menos trabajadores, y en definitiva, con muchas menos personas aportando dentro de un sistema de solidaridad intergeneracional. Y aquí es donde entran nuevas fórmulas de financiación del sistema de pensiones, como la ya conocida de considerar a los robots como contribuyentes a la Seguridad Social u otras formas de impuestos tecnológicos sobre aquellas empresas que, con altísimas facturaciones y beneficios, no generen apenas empleo.
Finaliza la intervención de UGT rememorando a John Maynard Keynes, que presagiaba un futuro en 2030 en dónde las máquinas harían la mayoría de las tareas y los humanos trabajaríamos 15 horas a la semana. Sin lugar a dudas, ese final idílico sería la mejor forma de construir una Smart España.
[1] http://www.globalrobotexpo.com/es
[2] http://ametic.es/es/prensa/ametic-presenta-la-f%C3%A1brica-del-futuro-en-el-marco-de-la-global-robot-expo-2017
[3] http://www.smcugt.org/archivos/elementos/2017/industria_4.0_y_transformacion_digital_nuevo_modelo_para_espanasc.pdf
[4] http://www.ticbeat.com/empresa-b2b/la-falta-de-talento-digital-principal-lastre-de-espana-para-afrontar-la-industria-4-0/
[5] http://www.fesmcugt.org/noticia/espana-campeona-de-europa-en-destruccion-de-empleo-tecnologico-id-5282.htm
[6] http://www.accenture.com/us-en/insight-future-workforce-today
[7] http://www.ugt.es/SitePages/NoticiaDetalle.aspx?idEl=2553