Durante el proceso de negociación del II CEV 2019-2021 UGT ha sido plenamente consciente del entorno social, político y económico en que nos hemos visto obligados a defender las legítimas pretensiones de la plantilla, y del que, por responsabilidad y coherencia, no podemos sustraernos.
Así, hemos trasladado nuestra inquietud respecto a la situación económica mundial y especialmente la europea, con síntomas de desaceleración económica, la incertidumbre política, tanto exterior, por las posibles consecuencias negativas de la guerra de aranceles o del Brexit, como interior, por la aparente incapacidad de formar un gobierno estable en nuestro país.
Hemos constatado igualmente con preocupación los datos negativos del valor de la acción de Telefónica, que acumula una caída de más del 13% en sólo dos meses, a pesar de los insistentes esfuerzos por reducir la deuda, y que lastra la capacidad de la empresa para afrontar las futuras necesidades de capitalización.
Somos igualmente conscientes de que, además de las citadas inseguridades económicas y políticas, nuestro CEV se enmarca en una realidad que no puede sernos ajena, como es el proceso de transformación digital de la economía y del empleo, que supone un cambio radical y duradero en los mercados de trabajo, haciendo que determinadas formas de prestación laboral y actividades se vean sustituidas por nuevas especialidades
Por ello, desde UGT hemos buscado a través del II CEV una respuesta global tanto a los problemas actuales como a las situaciones futuras, estableciendo las imprescindibles garantías de empleo en la residencia laboral, de no movilidad funcional y geográfica interprovincial e interinsular forzosas y de no segregaciones forzosas, para, sobre éstas, acordar las fórmulas económicas que garantizan nuestra estructura salarial (15 pagas, bienios, pases de nivel,…etc.) así como el mayor incremento del poder adquisitivo del sector y de la media del país, desarrollar un acuerdo socialmente responsable, con fórmulas para mejorar la igualdad y la conciliación de la vida laboral y familiar, y estableciendo además un plan de formación exhaustivo, que garantiza la continuidad de nuestros puestos de trabajo en el futuro digital.
Una vez alcanzado un exitoso acuerdo, que sin duda alguna nos proporciona garantías de empleo, mejora económica, estabilidad y futuro profesional, desde UGT hemos considerado necesario que la duración del CEV fuera también una cláusula de garantía adicional, para mantener a las personas trabajadoras al margen de las posibles situaciones o consecuencias negativas de las incertidumbres políticas, laborales y económicas mencionadas, por lo que hemos abogado por obtener la máxima duración posible del convenio para que empresa y trabajadores podamos afrontar y solventar cualquier posible adversidad futura.
Así, con un acuerdo a tres años, más la posibilidad de prorrogarlo un año más, hemos establecido una plataforma estable que nos da la oportunidad de encarar los próximos años en un marco de tranquilidad, con herramientas de gestión eficaces y con plenas garantías laborales y económicas para superar las dificultades o riesgos derivados del entorno económico, político o laboral en que desempeñamos nuestra actividad.