UGT urge al tejido empresarial a dar un paso al frente en innovación

España sigue estando muy rezagada en Innovación. En comparación con nuestros vecinos europeos, y teniendo en cuenta el tamaño de nuestra economía, nuestra capacidad de innovar es peligrosamente menor, lo que repercute en una menor competitividad y en un auténtico desperdicio del talento humano que posee nuestro país.

El último panel de Innovación en Europa coloca a España en la decimosexta posición dentro de la Unión1https://ec.europa.eu/growth/industry/policy/innovation/scoreboards_en, muy por detrás de lo esperable y muy lejos de la media europea. De hecho, esta posición es la misma que ostentábamos en 2018, a pesar de que en el último año hemos recuperado tres posiciones.

Entre las fortalezas que presenta nuestro país destaca la capacidad de nuestro sistema educativo para generar graduados universitarios o el elevado número de doctores que salen de nuestras facultades. Sin embargo, este potencial es recurrentemente desaprovechado, puesto que el número de personas con titulaciones universitarias que dedicamos a ciencia y tecnología está lejos de la media europea y de los países líderes en la materia: España, 46,5%; media UE28: 48,5%; Finlandia, Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca o Irlanda, superan el 58%2Fuente: Eurostat, Human resources in science and technology (HRST) [TSC00025]. No debemos olvidar que casi la mitad de los trabajadores cualificados españoles acaban emigrando al extranjero, convirtiendo a España es el segundo país de la Unión que ha perdido más trabajadores con alta cualificación en el periodo 2007-20173https://www.ceps.eu/ceps-publications/eu-mobile-workers-challenge-public-finances/. Un auténtico drama social; un desperdicio económico, educativo y competitivo.

Entre nuestras debilidades sobresale la poca innovación empresarial, especialmente entre las PYMES. Así, el número de empresas innovadoras en España aún no alcanza el 14,5%, con grandes diferencias por el tamaño de la compañía: casi el 40% de las empresas de más de 250 empleados innova, cifra que desciende vertiginosamente hasta el 13,7% cuando hablamos de empresas de menos de 250 personas en plantilla4Fuente: INE, Encuesta sobre innovación en las empresas, https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736176755&menu=resultados&secc=1254736194796&idp=1254735576669#!tabs-1254736194796. Si hacemos una retrospectiva histórica, en 2005 en número de empresas innovadoras era el doble del actual: un 27%.

Pero no sólo se trata de un problema de número de empresas innovadoras, sino también de inversión en I+D+i. En 20185Fuente: Comisión Europea, Science, Research and Innovation Performance of the EU (SRIP) 2020, https://ec.europa.eu/research/srip/interactive/, la inversión empresarial en I+D, como porcentaje del PIB, fue de un 0,70%, mientras que la de Francia fue el doble (1,44) y la de Alemania, el triple (2,16). Otro tanto podemos decir de la inversión en I+D aplicada a las TIC: las empresas invierten la mitad que la media europea y tres veces menos que Austria.

A pesar de que el impulso gubernamental es clave para estimular el gasto privado, las empresas no pueden seguir amparándose en la falta de ayudas públicas para mantenerse inmóviles ante esta encrucijada económica. No obstante, la Administración debe hacer un gran esfuerzo para ponerse a la altura del resto de la Unión Europea: el crecimiento anual en inversión pública en I+D tendrá que ser del 27% en los próximos tres años si queremos ponernos a la altura de nuestros vecinos.

Estas carencias no son sólo un problema exclusivo de España: Europa también está perdiendo la batalla geoestratégica de la innovación con EEUU o Asia. De hecho, entre las 50 compañías más innovadoras de Europa en 20206Fuente: Boston Consulting Group, The 50 Most Innovative Companies of 2020, https://www.bcg.com/publications/2020/most-innovative-companies/overview.aspx, no se encuentra ninguna firma española y para localizar a la primera europea debemos ir al puesto 21. Por tanto, Europa también debe contribuir a paliar este retraso con políticas y financiación.

UGT reclama la puesta en marcha de auténticos planes de reactivación de la economía del conocimiento, anclados en el diálogo social tripartito. La pandemia Covid19 ha confirmado la importancia de tener un sistema económico basado en la tecnología y la ciencia. Ya no existen excusas para no aumentar, drásticamente, los presupuestos para las ayudas públicas a la innovación. También se han agotado los pretextos a las empresas: están obligadas a impulsar la innovación, la investigación y la ciencia dentro de sus planes de negocio, teniendo muy en cuenta el empleo tecnológico, la formación continua y recualificación de sus trabajadores. La competitividad y el futuro de nuestra economía depende de ello.

UGT Comunicaciones